Aprovechando la ruta motera del día, vistamos el pueblo de Salobreña, junto a Almuñecar, uno de los que mas encanto tiene de la costa granadina.
Aparcamos y pasamos por debajo de La Bóveda.
Su nombre se debe al tipo de cubierta que cubre este pasaje que une el Barrio de Albaicin y el Barrio de la Villa.
La vista comienza con la visita a la Iglesia del Rosario.
Llegamos a las 10.30 pensando que, como en todos los pueblos, la misa sería a las 12.00. Pero Salobreña tiene los fieles mas madrugadores de toda Andalucía y la misa ya estaba terminando. Al finalizar, entramos corriendo y a los 30 segundos las señoras ya estaban echándonos… Por lo que, posiblemente os sea complicado ver el interior de la Iglesia.
Edificada sobre la mezquita musulmana es una Iglesia es de estilo mudéjar (s. XVI).
La cubierta primitiva estaba constituida por un artesonado de madera que se quemó en 1821. Su interior fue revestido y restaurado.
Nos acercamos a ver la Plaza del Ayuntamiento.
También llamada Plaza Pública por ser el centro de la vida socio-política y Plaza de la Villa pues en ella confluían las vías principales que partían hacía las puertas de la Villa amurallada.
Subimos a visitar el Castillo.
Cual es nuestra sorpresa al llegar y encontrarlo cerrado por reformas. La fecha en que lo cerraron fue Diciembre, así que posiblemente les quede mucho trabajo por delante.
Os paso dejo algunas de mis fotos de archivo de cuando lo visitamos en 2011.
El Castillo de Salobreña data del siglo X. Su construcción estuvo motivada por razones estrictamente defensivas. Sin embargo, durante el periodo nazarí albergó además un palacio real que también sería utilizado como prisión real. Según las crónicas, varios fueron los monarcas que padecieron prisión entre sus muros.
Tras la entrega de Salobreña a las tropas cristianas en diciembre de 1489, Francisco Ramírez de Madrid, en premio por la conquista de Salobreña es nombrado por los Reyes Católicos alcaide de la fortaleza de
Salobreña. Así el castillo conservó su importancia militar hasta el siglo XVIII pero, aunque sobre él se ejecutaron importantes obras de reforma, mantenimiento y acondicionamiento, presentaba un estado de ruina importante y en 1849 ya estaba completamente abandonado por se inútil desde el punto de vista militar.
Bajamos hasta el Mirador del Postigo.
Al igual que el castillo está en obras, por lo que en vez de una preciosa zona ajardinada (como cuando fuimos a verlo, ahora es un suelo raso bajo el castillo)
Éstas son fotos de 2011.
Su nombre se debe a la existencia de una puerta secundaria de la ciudad medieval, conocido en épocas posteriores como Postigo del Mar.
Desde él se accedía a la playa y embarcadero de la villa. Hoy es un balcón sobre la zona norte de Salobreña.
Continuamos dando un paseo por el barrio del Albaycin.
Su mirador ,a 98 metros sobre el tajo, ofrece una panorámica extraordinaria de la vega de cañas de
azúcar, el barrio de La Caleta, las playas, los acantilados y la Sierra del Chaparral.
Este mirador lo han bautizado como Mirado de Enrique Morente.
Después enlazamos con otro de los barrios característicos de Salobreña: El Barrio del Brocal.
Sus calles fueron construidas aprovechando el trazado de la muralla de Salobreña. De ella sólo quedan los restos de una de sus torres, denominada ‘El Torreón’.
La parte baja del Barrio del Brocal, nació a extramuros, creando lo que se denominaron ‘arrabales’, de donde procede su nombre ‘calle Arrabal Villa’. Es bonito descubrir sus calles, laberínticas con recodos, fachadas y flores.
Continuamos bajando hasta llegar al Parque de la Fuente. Es un gran jardín de plantas y flores, con un estanque, y diversas especies de aves, patos, pavos reales, palomas…, zonas de toboganes y juegos infantiles.
Volvemos a subir pero en este caso elegimos el camino que nos lleva por el barrio de la fuente.
Un entramado de calles peatonales y casas blanquísimas construidas sobre la piedra.
Pero con el encanto de las calles llenas de macetas de los pueblos.
En él encontrará la calle más estrecha de la villa.
Este recorrido nos toma aproximadamente una hora y media. Con la visita del castillo puede ponerse en dos horas.
Salobreña es un pueblo con mucho encanto, pero recomiendo ir el año que viene cuando el Castillo y el Mirador del Postigo estén con el mismo esplendor con que los vi en 2011.
Os dejo como siempre, los canes y felinos que encontramos por el pueblo.
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