Dentro de los edificios curiosos-emblemáticos de Málaga, no podía faltar nuestra famosa Catedral: La Manquita.
Todos los malagueños la conocemos por fuera y desde mil perspectivas diferentes.
Pero, ¿todos la conocéis por dentro? Aprovechando la visita a las bóvedas de la Catedral, entramos también a verla.
Soy una apasionada de la arquitectura religiosa y la Catedral de Málaga no me decepcionó.
Entramos por la puerta principal (extremo contrario al altar) y nos reciben las imponentes bóvedas, mucho más barrocas de lo que solemos ver en otros edificios.
Nos reciben tres preciosas estatuas de mármol entre las que destaca ésta, de los hermanos Pissani: “Nuestra Señora de las Angustias”, actualmente conocida como la Piedad, posiblemente por su parecido a la que se encuentra en la Basílica de San Pedro, en Roma.
Tras estar en el Museo del Vidrio, las vidrieras son algo que nos llama más la atención. Si echáis un ojo atrás podréis disfrutar las imponentes y coloridas vidrieras de la Catedral.
En todo el lateral derecho encontraréis muchas más vidrieras, pero curiosamente, en la parte izquierda no. Pensábamos que era una de las múltiples tareas sin terminar de nuestra Catedral, pero al parecer, el arquitecto lo proyectó así.
Son muy numerosas las capillas que encontramos alrededor del edificio, por lo que os comento las que más me llamaron la atención.
Por un lado los mausoleos-sepulcros:
Entre los que destaco los que se encuentran en la Capilla de San Francisco. Son los mausoleos de los Luis de Torres (Luis de Torres I, Arzobispo de Salerno, y que fue tío de Luis de Torres II, Arzobispo de Monreal), ambos con la misma postura, enfrentados, y de blanco y negro. Me resultó curiosa la posición del cuerpo.
La misma estética de sepulcros enfrentados con posiciones casi idénticas la encontramos en Capilla de la Encarnación con Fray Bernardo Manrique de Lara y José Molina Lario.
Esta capilla donde se encuentran los sepulcros es de las más espectaculares y con más devotos, y la encontramos tras el altar mayor. Dicha Capilla de la Encarnación, que da nombre a nuestra Catedral, fue puesta bajo la advocación de Santa María de la Encarnación por deseo de los Reyes Católicos.
En esta parte del recorrido, os aconsejo levantar la vista al cielo, allí veréis el precioso techo embovedado de la Catedral de Málaga.
No sólo estatuas encontramos en nuestra Catedral, sino también cuadros. El más llamativo, y os aseguro que no os dejará indiferentes por su tamaño y su temática, es éste del siglo XIX de Enrique Simonet: “La decapitación de San Pablo”.
Tras rodear todo el edificio paramos en el espectacular altar mayor, rodeado de columnas corintias estriadas y cubierta con una bella bóveda nervada.
Acercándote y mirando hacia arriba es imposible no sentirse pequeño.
De nuevo os recomiendo que sigáis mirando arriba para que disfrutéis de todas las vidrieras que rodean la zona del altar mayor.
Dejamos atrás el altar mayor para ver la imponente sillería de madera del coro.
De nuevo, no olvidéis mirar arriba para ver los dos órganos enfrentados que aún hoy todavía utilizan en las misas.
Los domingos la visita a la Catedral es gratuita, pero tened en cuenta que no puede coincidir con horario de misa ya que cierran la parte del altar mientras se desarrolla la liturgia. Cuando fuimos había varias misas a lo largo de la mañana, pero de 14:00 a 19:00 no hay ninguna. Si queréis ir por la mañana, sólo os quedaría esperar. Si veis la Catedral con detalle puede tardarse unos 45 minutos en la visita.
