Imagínate un campo en una granja abandonada, imagínalo en todo su esplendor, cubierto de vegetación, de aves, imagina todo el magnífico escenario. Inspecciona el lugar, ves maquinarias de arado oxidadas al igual que pedazos y piezas de esto y aquello. Hay un viejo tractor que parece como si hubiera clavado sus ruedas a la mitad de su trayecto y dijera: Eso es todo, estoy realizado. Lo que una vez fue una prolija parcela campestre se ha convertido en un lugar lleno de matas y cardos, un lugar descuidado. Imagínate que fuera tu tarea, o incluso tu pasión, cuidar de este lugar, recuperar el campo y hacer florecer en su lugar un hermoso jardín.
Paso dos: Limpiar el desorden.
Todos podemos usar una gran dosis de simplificación en nuestras vidas. Gran parte del tiempo se gasta en pasar por encima, rodear, y saltar todas nuestras “cosas”. Una manera fácil de comenzar esta purgación es reservar el tiempo y los recursos para hacer una limpieza minuciosa y literal de tu vida. Desde el gabinete de los archivos y de la cocina, hasta los estantes del armario, ve habitación por habitación, por dentro y por fuera, vaciando todo lo que consideres que no forma parte de tu vida ideal. Contrata un ayudante, recluta un amigo. Este es uno de los pasos más efectivos y poderosos que puedes realizar para “aligerar tu carga”. Crea espacio dramáticamente, reduce distracciones y por lo tanto, te permite concentrarte en el camino deseado.
Todos podemos usar una gran dosis de simplificación en nuestras vidas. Gran parte del tiempo se gasta en pasar por encima, rodear, y saltar todas nuestras “cosas”. Una manera fácil de comenzar esta purgación es reservar el tiempo y los recursos para hacer una limpieza minuciosa y literal de tu vida. Desde el gabinete de los archivos y de la cocina, hasta los estantes del armario, ve habitación por habitación, por dentro y por fuera, vaciando todo lo que consideres que no forma parte de tu vida ideal. Contrata un ayudante, recluta un amigo. Este es uno de los pasos más efectivos y poderosos que puedes realizar para “aligerar tu carga”. Crea espacio dramáticamente, reduce distracciones y por lo tanto, te permite concentrarte en el camino deseado.
Paso tres: Delegar.
Pide ayuda. Explota recursos sin explotar. Invierte en este proceso y estarás invirtiendo en ti mismo y en la vida que deseas!
Pide ayuda. Explota recursos sin explotar. Invierte en este proceso y estarás invirtiendo en ti mismo y en la vida que deseas!
Paso cuatro: Di No: un modo poderoso para prevenir la invasión del desorden y que es frecuentemente pasado por alto es “Decir No”.
Sé claro en lo que quieres y en lo que no, y di No más frecuentemente. El desorden viene bajo muchos disfraces. Hay del tipo que se derrama fuera del sótano y del que se muestra como un exceso de reservas. Di No a tus amigos que esperan que hagas cosas que no están en tu lista. Hay veces que decir Si a alguien más implica decirte No a ti mismo.
Sé claro en lo que quieres y en lo que no, y di No más frecuentemente. El desorden viene bajo muchos disfraces. Hay del tipo que se derrama fuera del sótano y del que se muestra como un exceso de reservas. Di No a tus amigos que esperan que hagas cosas que no están en tu lista. Hay veces que decir Si a alguien más implica decirte No a ti mismo.
No importa cuán profundo y complicado sea el desorden, todos estamos al alcance de un peso más liviano, y una vida más ligera. Unas pocas decisiones y unas pocas acciones pueden crear grandes milagros. ¿Cómo se sentiría tener una vida libre de desorden, bien cuidada, y guiada por un plan maestro? Se sentiría más libre, ligera puesto que habrá menos cosas bloqueando tu camino; y más cosas interesantes como nuevas ventanas de tiempo e inspiración abiertas frente a ti para hacer más de lo que amas.
Conviértete en un jardinero experto de tu propia vida. Limpia tu terreno, busca amigos y recursos que te ayuden en cada paso del camino, elige sabiamente que plantarás y qué quitarás, y recoge las recompensas de una cosecha abundante en todas las áreas de tu vida.
Elecciones integrales de vida
Una parte de nosotros busca constantemente la seguridad y la comodidad, y aborrece el cambio o los desafíos: el desarrollo personal. Mientras que otra parte quiere intentar cosas nuevas y tomar riesgos, una parte de nosotros está cansada de las otras partes. Otra parte teme por nosotros. Así, ase puede decir que dentro nuestro tenemos una comunidad de matones, de amorosos amigos y de genios creativos. A veces sentimos que se ha desatado una batalla entre ellos y nos preguntamos qué parte ganará.
La personalidad humana es un colectivo de caracteres, y no incluye una única característica. Nosotros tomamos diferentes decisiones y realizamos actos diferentes dependiendo de quién está sentado en el asiendo del conductor ese día. ¿Entonces qué parte de nosotros toma nuestras decisiones? ¿Qué parte de nosotros sabe qué es lo mejor para nosotros? ¿En qué parte debemos confiar? ¿Cómo solucionamos todo esto?
Bueno, en verdad no es una cuestión de solucionar nada. Como Einstein explicó maravillosamente: No podemos resolver un problema desde el mismo nivel de conciencia que creó el problema en primer lugar. El crecimiento o la madurez viene naturalmente, no se lo entiende ni se lo llama. Es la autenticidad.
Realmente no importa a qué decisiones nos enfrentemos, cuáles sean nuestras metas y sueños. Y no importa si las decisiones que debemos tomar parecen ser grandes o pequeñas como estas: ¿debo mudarme de esta casa a esta otra? ¿debo casarme con el joven de La Plata o con el de Córdoba? ¿debo usar los zapatos azules o rojos? Cualquiera de estas preguntas puede volvernos locos. Si tienes una personalidad fuerte ya sabes esto. Quieres vivir tu verdadera forma de ser. Quieres ser tu yo más auténtico y tomar las mejores decisiones posibles. Todas las decisiones pueden parecerte enormes para ti. Entonces ¿Qué tenemos que hacer?
Bueno, como Einstein sugiere, necesitamos movernos en diferentes niveles de conciencia. El antiguo ser humano no entiendía esto. Tiene opiniones y está pegado a ellas. Tiene sentimientos y se deja llevar por ellos. Y si sus propios pensamientos y sentimientos no le proveen respuestas con las que se sienta cómodo, tiene otras personas con las que puede consultar hasta encontrar alguien que le ofrezca un consejo que desee tomar. Cuando se trata de tomar decisiones significativas y conmovedoras, nos resulta sumamente agotador y menos que satisfactorio, pero aún así lo hacemos.
Al dejar de enfocarnos en nuestro mundo físico, incluso por unos pocos minutos cada mañana y cada noche, se nos abre un campo nuevo de nuestra conciencia. Cuando deliberadamente cultivamos una relación personal con nuestro Yo más elevado, con nuestra espiritualidad, este campo de conciencia se vuelve más accesible. Con práctica podemos aprender el lenguaje de este Yo, antes oculto a nuestra visión. Y cuando lo hacemos, recibimos una guía que no encontraremos en ningún otro lado.
Este es el proceso evolutivo que está ocurriendo hoy en día en muchas de las personas del mundo entero. Todos estamos, cada uno a su propio modo, moviéndonos desde nuestra ordinaria perspectiva humana a una nueva extraordinaria. El nuevo Ser Humano está dando un paso adelante como una persona completa—alineada y conectada con su gran Naturaleza Espiritual.
Las elecciones hechas desde este nivel de conciencia se sienten en todo el cuerpo. Resuenan en el corazón y aparecen como soluciones creativas a problemas ordinarios. Se sienten como un conocimiento interno bien sólido. Sí, toma mucha práctica aprender el lenguaje que nuestro Yo espiritual utiliza para darnos a conocer este conocimiento. Y requiere incluso más práctica confiar en los mensajes que estamos recibiendo y actuar en base a ellos. Convertirse en una persona completa es un proceso sumamente excitante y liberador y es el primer paso para construir la vida que queremos.
Pasos para construir la vida que deseamos
Paso uno: Aceptación de las circunstancias presentes y de la realidad.
Pararnos en nuestra propia verdad no implica un acto de juzgar a los demás, ni de asumir ninguna culpa, ni es algo por lo cual avergonzarse, sino que se trata de crear una vida auténtica en oposición a la vida superficial basada en las ilusiones y las decepciones de uno mismo. A veces debes admitir que tiendes a enfadarte cuando no consigues lo que quieres, o que siempre haces lo opuesto a lo que tu madre te dice que hagas, o que cuando llega la hora de un exáme no estudias todo lo que podrías. Aceptar la realidad de lo que somos es el primer paso para poder cambiar y mejorar eso que somos. Sin aceptación no hay cambio.
Pararnos en nuestra propia verdad no implica un acto de juzgar a los demás, ni de asumir ninguna culpa, ni es algo por lo cual avergonzarse, sino que se trata de crear una vida auténtica en oposición a la vida superficial basada en las ilusiones y las decepciones de uno mismo. A veces debes admitir que tiendes a enfadarte cuando no consigues lo que quieres, o que siempre haces lo opuesto a lo que tu madre te dice que hagas, o que cuando llega la hora de un exáme no estudias todo lo que podrías. Aceptar la realidad de lo que somos es el primer paso para poder cambiar y mejorar eso que somos. Sin aceptación no hay cambio.
Paso dos: Aceptar la responsabilidad de tus acciones y tus palabras.
No fui yo, yo no lo hice. Estas frases tal vez puedan funcionar para un niño de cinco años pero no para un hombre de cuarenta. Si realmente fuiste tú quien hizo aquello, aprende de tu error, crece y sigue adelante. Si te ves constantemente en esta postura, nuestro libro “De víctima a protagonista” puede ayudarte a salir de allí.
No fui yo, yo no lo hice. Estas frases tal vez puedan funcionar para un niño de cinco años pero no para un hombre de cuarenta. Si realmente fuiste tú quien hizo aquello, aprende de tu error, crece y sigue adelante. Si te ves constantemente en esta postura, nuestro libro “De víctima a protagonista” puede ayudarte a salir de allí.
Paso tres: Compromiso para entender y comprender las profundidades.
Anímate a hacerte las grandes preguntas existenciales como ¿quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Cuáles son mis sueños, mis esperanzas, mis miedos? ¿Qué es lo que me detiene a estar donde deseo estar? Nuestro libro “Construye to obra y rómpete” puede ayudarte a reflexionar sobre estos temas.
Anímate a hacerte las grandes preguntas existenciales como ¿quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Cuáles son mis sueños, mis esperanzas, mis miedos? ¿Qué es lo que me detiene a estar donde deseo estar? Nuestro libro “Construye to obra y rómpete” puede ayudarte a reflexionar sobre estos temas.
Paso cuatro: Deja ir la culpa, la vergüenza, el orgullo y el ego.
El orgullo es el ancla que te mantiene fijado en el egocentrismo, lo cual puede hacerte creer que eres el centro del Universo y actuar en consecuencia. La culpa es la rama que cargas para golpearte a ti mismo cada vez que te equivocas. La vergüenza es lo que puedes sentir cuando descubres que, después de todo, eres humano.
El orgullo es el ancla que te mantiene fijado en el egocentrismo, lo cual puede hacerte creer que eres el centro del Universo y actuar en consecuencia. La culpa es la rama que cargas para golpearte a ti mismo cada vez que te equivocas. La vergüenza es lo que puedes sentir cuando descubres que, después de todo, eres humano.
Paso cinco: Construye firmes cimientos.
Cualquier cosa que construyas sobre cimientos débiles no durará demasiado. Elige cuatro piedras angulares para tu base que estén centradas en valores humano, como el amor, la integridad u honestidad, la compasión y tal vez la paciencia. Haz una reconstrucción total de tu sistema de creencias, una renovación espiritual descartando todo lo que no sirva a estos fines.
Cualquier cosa que construyas sobre cimientos débiles no durará demasiado. Elige cuatro piedras angulares para tu base que estén centradas en valores humano, como el amor, la integridad u honestidad, la compasión y tal vez la paciencia. Haz una reconstrucción total de tu sistema de creencias, una renovación espiritual descartando todo lo que no sirva a estos fines.
Paso seis: Busca las herramientas específicas que necesitas.
“Recuerda saltamontes, lo que un carpintero construye con su martillo una maestra lo construye con sus palabras”. No es una buena idea pedir prestado a tus vecinos sus herramientas, ya es hora de invertir en unas nuevas y que sean propias para dar tus propios frutos. Intenta algo diferente y si no funciona prueba con algo más, eventualmente encontrarás la herramienta que haga lo que estés buscando. No dejes de buscar tus propias y específiacas herramientas, pues sino te ocurrirá lo que dice la famosa frase: “Cuando la única herramienta que poseemos es un martillo, todo se parecerá a un clavo”.
“Recuerda saltamontes, lo que un carpintero construye con su martillo una maestra lo construye con sus palabras”. No es una buena idea pedir prestado a tus vecinos sus herramientas, ya es hora de invertir en unas nuevas y que sean propias para dar tus propios frutos. Intenta algo diferente y si no funciona prueba con algo más, eventualmente encontrarás la herramienta que haga lo que estés buscando. No dejes de buscar tus propias y específiacas herramientas, pues sino te ocurrirá lo que dice la famosa frase: “Cuando la única herramienta que poseemos es un martillo, todo se parecerá a un clavo”.
Paso siete: La salud emocional y física cultivan la mente corporal.
El único camino hacia ellas es simplemente caminar hacia ellas, buscarlas sin detenernos y hacernos tiempo para dedicarle. Puedes enterrar tu cabeza en la arena todo lo que quieras, pero ello no impedirá que alguien pase por allí y te dé un cabezaso. Pero no hay necesidad de temer este nuevo camino puesto que ya tienes las herramientas necesarias para curarte. Aprende a ser tu propio curador; si no puedes, busca ayuda.
Paso ocho: La paz interior y silencio cultivan el espíritu.
La paz interior y el silencio espiritual llegan cuando aceptas quién eres en realidad, cuando sabes dónde estás y qué cosas te quedan por hacer. Es ese momento en el que deseas estar justo donde estás, cuando eres feliz.
El único camino hacia ellas es simplemente caminar hacia ellas, buscarlas sin detenernos y hacernos tiempo para dedicarle. Puedes enterrar tu cabeza en la arena todo lo que quieras, pero ello no impedirá que alguien pase por allí y te dé un cabezaso. Pero no hay necesidad de temer este nuevo camino puesto que ya tienes las herramientas necesarias para curarte. Aprende a ser tu propio curador; si no puedes, busca ayuda.
Paso ocho: La paz interior y silencio cultivan el espíritu.
La paz interior y el silencio espiritual llegan cuando aceptas quién eres en realidad, cuando sabes dónde estás y qué cosas te quedan por hacer. Es ese momento en el que deseas estar justo donde estás, cuando eres feliz.
Paso nueve: Despierta a tu conciencia.
Si prestas atención, te darás cuenta que estás despierto y mirando todo lo que la vida tiene para ofrecerte, incluyendo sus ilimitadas posibilidades, la dicha y sus bendiciones. ¡No más caminar dormido por tu camino de vida!
Si prestas atención, te darás cuenta que estás despierto y mirando todo lo que la vida tiene para ofrecerte, incluyendo sus ilimitadas posibilidades, la dicha y sus bendiciones. ¡No más caminar dormido por tu camino de vida!
Paso diez: Camina por la vida con gracia, dignidad y gratitud.
Este es casi un imperativo y una obligación para el viaje de la vida.
Este es casi un imperativo y una obligación para el viaje de la vida.
Aprender a hacernos tiempo para realizar lo que nos gusta
“Se necesita mucho coraje para abandonar lo que nos es familiar y lo aparentemente seguro para ir hacia lo nuevo. Pero les aseguro que hay más seguridad en lo aventuroso y emocionante, para el cual movimiento hay vida y plenitud; y en el cambio hay poder.”
~Alan Cohen
~Alan Cohen
Todos tenemos ciertas dificultades: Aquellas personas, cosas o hábitos que drenan nuestra energía y no permiten que disfrutemos de nuestra vida. Podría ser un escritorio desordenado, un pariente, o no estar tomando cuidado de nuestra salud. Es posible que nos hayamos acostumbrado tanto a ciertas dificultades que pensemos que la vida es así. No pensamos en que tenemos otra opción. Nos sentimos impotentes, y ese sentimiento de impotencia se expande a otras áreas de nuestra vida.
Cada vez que tienes un problema, le estás diciendo al Universo que: “Esto es todo lo que puedo hacer”, y te estás diciendo a ti mismo: “Yo no me merezco algo mejor”. ¿Eres un árbol que no da frutos? Si ese es tu mensaje, por supuesto que vas a seguir consiguiendo más de lo mismo. Cuando tu vida está llena de problemas, no le dejas espacio de tiempo a lo que realmente quieres, a tus metas.
La clave del camino hacia la felicidad es prestar atención a lo que estás listo para eliminar. Quizás estés listo para un gran cambio. No te tires abajo si aún no estás en esa situación. Recomiendo siempre empezar desde abajo. De a poco se llega muy lejos. Los cambios más pequeños construyen la energía y la confianza, y te dan una plataforma para el próximo cambio.
Trata de donar las ropas viejas, limpiar tu escritorio o pasar menos tiempo con un amigo que todo lo vea negativo. Cuando limpias algo en un área de tu vida, creas un espacio energético que va a tener impacto en el resto de tu vida.
A veces, cuando realizas un gran cambio, es usual que las circunstancias te vuelvan a probar enviándote más de lo mismo (el mismo tipo de cliente, el mismo tipo de trabajo, el mismo tipo de relación, etc.), para ver, tal vez, si eres serio. Lucha por lo que realmente quieres, por tus propósitos. Si todavía no tienes una lista de cosas y sueños que quieras manifestar, crea una ahora. Después vas a reconocer la concesión de tus deseos cuando aparezcan.
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