Yendo a visitar el mercadillo de Huelin descubrí una calle mágica. Es la calle Cañada de Mejías. Un inmenso bulevar nuevo creado tras soterrar las vias del tren.
Soy una enamorada de los graffitis de calidad. Hay una pésima fama acerca de este tipo de arte y esta calle es una reclamación de que hay auténticos artistas con “el bote”.
Son muchos los artistas españoles, y de fuera, que han venido a crear esta maravillosa calle.
Encontramos nada mas tomar la calle, la belleza juvenil de dos hermanas en una barca, obra del zaragozano Isaac Mahow.
Justo después nos encontramos con la obra “el laberinto mágico” de Sceno que cautiva por su colores. Aunque de espaldas, se puede ver el sobrecogimiento del niño al ver la magnitud del laberinto.
Después encontramos la tétrica orquesta del autor Chapú, como recién sacada de una obra de Tim Burton.
Lalone nos muestra como sería un ángel rapero, mezclando pequeños diablillos con elfos de pelo verde
La obra de “Sabotaje al montaje” es un chaval tocando la guitarra de la que, por lo que vemos, deben sonar preciosas melodías.
Encontramos un “personaje” parecido, desde mi punto de vista a un Umpa Lumpa fiestero con pelucón y gafas rosas, obra de Alfil
De este graffiti, pasamos al mundo de fantasía que nos ofrece Dulk con los personajes que salen del interior de su ballena
El siguiente, de “El niño de las pinturas”, es mi favorito. No se si por los colores, la gran calidad de dibujo del niño y los barqueros o el mensaje revolucionario.
Al final de la calle, ya en un muro bajo, encontramos un tren con unos pasajeros poco ordinarios.
Esta calle de graffitis se puede ver en un rato y realmente merece la pena conocer este curioso rincón de Málaga
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