
 El lugar ideal para bucear.
Tan solo la vista de la 
profundidad es un poco aterradora. A pocas millas náuticas de la costa 
de la isla de Faial, de las Azores, los buceadores se agarran a dos 
cadenas sujetas al bote neumático a una profundidad de diez metros y 
contemplan fascinados el azul infinito del océano Atlántico. 
Automáticamente viene a la mente el eslogan que se podía leer durante el
 vuelo en el folleto publicitario de la aerolínea portuguesa SATA: "Las 
Azores. El Atlántico y tú". La sensación es la de ser un astronauta que 
flota en la nada.
De repente, sombras negras que se acercan en 
una formación desde abajo interrumpen la soledad en la vastedad del 
océano. Cinco tiburones azules salen lentamente a la superficie desde la
 profundidad y se acercan a nosotros. El sueño de todos los buceadores 
se hace realidad. Las Azores son uno de los pocos lugares en el mundo 
donde es posible bucear junto a uno de los peces depredadores más 
rápidos de los océanos. Aquí es posible encontrarse también, 
ocasionalmente, con peces martillo y tiburones mako.
Mientras que las aguas frente a la vecina isla de Santa Maria se 
conocen sobre todo por los encuentros con tiburones ballena, aquí, en la
 montaña submarina Condor, frente a las costas de Faial, prácticamente 
está garantizado un encuentro con los raros tiburones azules. Sin 
embargo, para que se pueda producir este encuentro inolvidable, es 
necesario un truco. Norberto Serpa, la leyenda portuguesa del buceo, ha 
echado en la caja de cebo, además de sangre de pez y pequeños restos de 
peces, también enormes cabezas de atunes, cuyo olor atrae a los 
tiburones desde las profundidades del océano.
Norberto Serpa
No menos emocionante es el Banco Princesa Alice, a unas 45 millas
 náuticas de la costa de Faial. La luna aún está muy alta en el cielo 
cuando Norberto, un marino gruñón que parece haber salido de un libro de
 dibujos, lleva el timón del barco para salir del puerto de Horta en 
dirección a la oscuridad. La noche estrellada está helada. Solo los 
cachalotes, que expulsan gigantescas fuentes de agua cuando salen a la 
superficie, rompen el silencio en el Atlántico Norte. Tres horas 
después, cuando está saliendo el sol, el bote llega a la montaña 
submarina.
Durante esta inmersión, el panorama explica de manera 
espectacular por qué las Azores portuguesas, situadas entre Europa y 
Norteamérica, forman parte de las mejores zonas de buceo de Europa. Ya 
desde el barco se divisan las siluetas verdosas de las mantas Mobula, 
que aquí dan vueltas en bancos de hasta 15 animales. Gigantescas 
bandadas de barracudas y caballas se mezclan con bonitos y meros del 
Atlántico. De repente llaman la atención dos tiburones ballena, de hasta
 diez metros de largo, que están buscando plancton.
Aunque en las islas Azores existen hasta 90 sitios de buceo 
interesantes, los buceadores se sienten sobre todo atraídos por Faial y 
la vecina isla de Pico. Aquí, directamente en la costa, el buceador baja
 junto a paredes formadas por corrientes de lava para entrar en túneles,
 cuevas y cráteres volcánicos, donde se encuentran pulpos, caballas, 
barracudas y meros marrones.
Sin embargo, los sitios de buceo en 
alta mar, frente a ambas islas, son sin duda lo máximo para los 
buceadores, porque aquí es donde ocurren los espectaculares encuentros 
con los grandes peces. Aquí no es necesario ser buceador o adentrarse 
mucho en el mar para ver grandes habitantes marinos. Directamente frente
 a las costas de Faial y Pico retozan hasta 28 especies diferentes de 
ballenas y delfines, explica la bióloga marina estadounidense Lisa 
Steiner.
Observadores apostados con prismáticos en los 
acantilados señalan a las empresas que organizan excursiones para la 
observación de ballenas el lugar exacto donde se encuentran las ballenas
 y los delfines. Gracias a la Corriente del Golfo y al origen volcánico 
de las Azores, las ballenas encuentran aquí, durante sus largas 
migraciones entre la República Dominicana, en el sur, e Islandia y 
Groenlandia, en el norte, aguas muy ricas en nutrientes, explica 
Steiner, quien asegura que "las Azores, sin duda, son uno de los mejores
 lugares en el mundo para la observación de ballenas".
Sin 
embargo, casi sería un crimen disfrutar solo del mundo submarino de las 
Azores. La mayoría de los turistas visitan São Miguel y Santa María, las
 más orientales de las nueve islas Azores, con sus playas de ensueño y 
el interior verde. São Jorge es un paraíso para senderistas, Graciosa y 
Faial atraen por sus gigantescos cráteres volcánicos. Casi todas las 
islas fascinan por sus paisajes hermosos, desde volcanes imponentes 
hasta tupidos bosques atlánticos.

En
 la isla de Flores, la mezcla entre Irlanda y Hawái es probablemente la 
más espectacular. Sobre todo haciendo descenso de cañones uno se da 
cuenta de que las Azores son aún más salvajes, más naturales y más 
fantásticas que Madeira o las Islas Canarias.
Información básicaLas
 nueve islas que pertenecen a las Azores están situadas en medio del 
Atlántico Norte, a una distancia de 1,369 kilómetros del continente 
europeo.
Cómo llegar: Las Azores pertenecen a Portugal y, por 
ende, a la Unión Europea. Para los ciudadanos de la UE basta con 
presentar un documento de identidad. Las aerolíneas portuguesas TAP y 
SATA vuelan a varias islas de las Azores.
Buceo: Los mejores 
sitios de buceo se encuentran frente a las costas de Faial, Pico y Santa
 Maria. En estas islas hay varios centros de buceo que también ofrecen 
la observación de ballenas.